El paciente oncológico es un ser de múltiples necesidades, pues atraviesa por una lucha no solo de salud sino existencial. Escuchar el diagnostico no es fácil, menos aun las acciones y cambios que vienen de la mano con esas palabras. Los antecedentes de personalidad y madurez emocional son indispensables para predecir el manejo de su enfermedad por parte del paciente y su familia. El entorno cambia por completo para todos pero es bueno saber que hay herramientas y manos amigas para acompañarlos en el camino.
Si bien el
trabajo en conjunto del Cirujano, Medico y Radioterapeuta Oncólogo es
indispensable para el mejor diagnóstico y tratamiento del paciente, como
médicos hablamos de la atención multidisciplinaria al conjunto de personal no
solo medico a la disponibilidad del paciente. Nos referimos al Psico-Oncólogo,
Nutricionista y Sexólogo si es necesario.
La carga
emocional del paciente con que viene previo a su diagnóstico puede ser de mucho
peso a su cuadro actual, siendo el estrés físico y mental uno de los
principales detonantes de la depresión inmunológica que potencia la aparición
de tumores en pacientes previamente sanos. A esto se suma el manejo de la nueva
noticia y las consecuencias o cambios a mediano y largo plazo que acarreará
para el individuo. No dejemos a un lado a la pareja, hijos y otros familiares
que de los cuales depende el paciente y quienes no siempre saben enfocar su
apoyo al mismo. Por estos múltiples escenarios como médicos podemos estar en la
necesidad de solicitar ayuda a Psico-Oncología, representado por un psicólogo
preparado en el manejo del paciente oncológico y sus familiares, para
orientarlos y proporcionar herramientas para afrontar las diversas situaciones
que pueden presentarse en el camino. Muchas veces ayudando al entendimiento del
diagnóstico y cómo podemos incorporarlo a nuestra vida sin perder el optimismo
y la importancia del amor de nuestros seres queridos. Comprender que el tiempo
con nuestros allegados es preciado y que por ellos vale la lucha en que
estamos.
La adecuada
nutrición previa del paciente y el soporte de la misma durante los tratamientos
aislados o en forma concurrente es indispensable para la mejor tolerancia al
tratamiento. La valoración por el licenciado en nutrición y dietética así como
su seguimiento durante el tratamiento es fundamental para mantener el peso,
valores hematológicos y estado de hidratación. La descompensación del individuo
nos obliga a la suspensión de la terapéutica acarreando menores tasas de
control tumoral si la misma se realiza por periodos prolongados.
De acuerdo a
la localización de la enfermedad variarán los protocolos y técnicas de
tratamiento, así como los efectos secundarios tardíos que puedan experimentar
los pacientes. En especial para la radioterapia cuando la zona involucrada
representa la pelvis ocurrirán cambios a nivel de los órganos genitales
femeninos y en menos incidencia masculinos que ameritarán orientación sexual.
Por esto también hacemos uso del especialista en Sexología para estas
situaciones especiales. Así mismo, no es solo por efectos locales de la
radioterapia sino puede ser por situaciones post-quirúrgicas que puedan darse
problemas de imagen corporal que repercutan en la recuperación de la intimidad
con la pareja.
Comentarios