¿Control ginecológico? ¿Porque yo?


     
 
  Como mujeres es su responsabilidad cuidar de su salud en el área ginecológica, si bien se asocia la visita al ginecólogo con algún flujo vaginal o el embarazo, este es un paradigma que debe cambiar urgentemente, pues implica que una gran mayoría de mujeres no asisten ya que no mantienen relaciones sexuales con regularidad o porque ya paso su edad fértil, y creen que la anatomía ginecológica culminó su función y no merece mayor atención a posterior. Esta conclusión es un gran error, pues entonces vemos en nuestras consultas neoplasias muy avanzadas por falta de asistencia de la paciente a la exploración anual.


    El cáncer ginecológico puede afectar en orden de frecuencia según estadísticas sanitarias internacionales, al útero o endometrio, en segundo lugar al cérvix o cuello uterino, sigue el ovario, por último y menos frecuente la vulva y la vagina. Todas estas estructuras pueden ser adecuadamente evaluadas mediante un examen físico que incluya tacto y ecografía transvaginal, siendo imprescindible la toma de citología de cuello uterino. Por ende, no se necesita ser sexualmente activas o estar embarazadas para asistir a la consulta de forma pertinente.




     A continuación resaltemos brevemente el perfil de cada una de estas neoplasias, pues pueden cursar con síntomas muy diversos. Indicamos siempre que el objetivo de este texto es meramente informativo y no reemplaza la consulta médica individualizada.

     El cáncer de endometrio, se presenta con mayor frecuencia en mujeres de edad avanzada, posterior a la menopausia o perimenopáusicas, con otros cuadros asociados como obesidad,  hipertensión arterial o diabetes mellitus, que muestran sangrado genital abundante, siendo necesario la toma de una biopsia de tejido endometrial para precisar el diagnostico.

     El cáncer de cuello uterino, el primero en frecuencia en nuestro país, con una asociación al Virus de Papiloma Humano (VPH), en los últimos años ha mostrado disminuir su edad de aparición debido al inicio cada vez más temprano de la actividad sexual en adolescentes sin la adecuada orientación familiar o médica, con esto queremos decir que edades entre 40 y 45 años que eran esperadas anteriormente, ahora vemos estadios avanzados en mujeres jóvenes de 22 a 30 años. Es un problema de salud pública que solo podemos manejar con la educación de la población. El tumor localizado en cuello uterino puede mostrar sangrado genital abundante o al momento de las relaciones sexuales, se puede evidenciar en la exploración vaginal y amerita la toma de biopsia para precisar diagnóstico.  

     El cáncer de ovario por ser un órgano pélvico puede pasar desapercibido por largos periodos de tiempo, suele asociarse a mujeres sin embarazos, que manifiestan dolor pélvico o aumento del volumen abdominal sin otra causa aparente, amerita el uso de imágenes ecográficas o tomográficos para evidenciar la tumoración y el abordaje quirúrgico para precisar diagnóstico.

     El cáncer de vulva, que se refiere a la piel del monte de venus, labios mayores, menores, clítoris y vestíbulo vaginal, es poco frecuente y suele presentarse el mujeres de edad avanzada que presentan lesiones que pueden ser ulceradas o no, con mucha comezón que no mejoran con tratamientos médicos comunes. Amerita biopsia de la lesión local para su diagnóstico.


    En latinoamérica el cáncer de cuello uterino se ubica en frecuencia por encima del cáncer de endometrio, situación que se repite en la mayoría de los países en vías de desarrollo y que trae a colación la reciente inclusión de la vacuna contra en VPH en el esquema de vacunación de muchos países, a lo que haremos referencia en una próxima entrada.



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