Despistaje para cáncer de próstata


   El cáncer de próstata representa la segunda neoplasia más común en la población masculina; por sus características biológicas, consideraciones especiales son tomadas en base a su detección (al tratarse de uno de los tumores en los cuales se puede realizar despistaje oncológico), siempre teniendo en cuenta que la meta es el hallazgo temprano ya que mejora notablemente el pronóstico del paciente.

    Al tratarse de un órgano ligado a un aspecto tan íntimo como la sexualidad, se ha tejido una suerte de tabú que en muchos casos aleja de una consulta médica temprana a hombres guiados por una concepción errónea de machismo. Ese miedo al “examen rectal” en muchos casos evita que se realicen hallazgos que permitirían una curación del paciente. Para todos aquellos que buscan información, o que guardan ese temor, se aclara, que las indicaciones, patrones y guías para el despistaje del cáncer de próstata han variado en el tiempo; en la actualidad la Asociación Americana de Urología (AUA por sus siglas en inglés) recomienda que debe realizarse un patrón de despistaje diferente para el hombre en relación a varios factores, tales como grupo etario o factores de riesgo que estando presente podrían condicionar cambios en su manejo, tales como la historia familiar de cáncer de próstata y la etnicidad.

     La historia familiar representa en sí un factor de alto riesgo, ya que se ha demostrado que aquellos hombres con antecedentes directos positivos para cáncer de próstata, tienen un riesgo más alto de desarrollar la enfermedad que aquellos en los que dicha historia no está presente. Así mismo, la etnicidad representa un factor adicional, ya que se asocia estadísticamente la presencia de la enfermedad con una prevalencia mayor en aquellos hombres de raza afroamericana, que en los caucásicos, asiáticos, etc.

     La probabilidad de  desarrollo de este tipo de tumores es mayor en los hombres a medida que aumenta su edad, por eso los patrones de despistaje son diferentes por grupos etarios. En hombres menores de 40 años en líneas generales no se recomienda el despistaje, ya que estadísticamente la baja prevalencia de enfermedad clínicamente detectable no justifica su realización. En los hombres entre 40 y 54 años la decisión en base al patrón de despistaje y monitoreo se toma en base a la presencia de factores de riesgo para la enfermedad, y se realiza en una apropiada consulta urológica. Es en los pacientes con edades comprendidas entre 55 y 69 años que se ha establecido el mayor beneficio de realizar despistaje para Ca de próstata.

Cuando un hombre, basado en lo anteriormente expuesto, comienza su control urológico, una pregunta adicional surge ¿cada cuánto tiempo debo asistir a la consulta?; en la evaluación urológica inicial, el especialista hace un estudio de riesgo, en base al cual establecerá el patrón más adecuado e individualizado para el paciente, y no sólo decidirá en base a la periodicidad, sino que herramientas clínicas y/o paraclínicas utilizará durante ese seguimiento (PSA en sangre, PSA3, tacto rectal, ultrasonido, biopsia transrectal, imagenología, etc.). 


    Un apartado especial debe considerarse para aquellos hombres con sintomatología urinaria asociada, como nicturia (despertarse una o más veces durante la noche por la necesidad de orinar), cambios en el patrón del chorro al orinar, pujo al orinar, goteo post miccional, presencia de sangre en la orina o el semen, etc.; síntomas que son motivo de consulta para evaluación urológica y que no son catalogables como pacientes para despistaje, sino para evaluación médica con fin diagnóstico.

                                                     

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