Siempre podremos acompañarte…


Sin duda una de las especialidades médicas más sensibles es la oncología, el manejo de un diagnostico tan delicado y determinante en la vida tanto de un paciente como de sus familiares, la serie de tratamientos con sus respectivas toxicidades que probablemente lleven un malestar previo a su máxima expresión, y que nadie puede anticipar. El oncólogo en cualquiera de sus ramas (quirúrgica, médica o radioterápica) tiene entonces en sus palabras y sus manos la capacidad de curar algunas veces… decimos esto porque no todos los tumores se caracterizan por ser curables, es decir, por desaparecer cualquier rastro de enfermedad residual microscópica con tratamientos radicales o adyuvantes. En su mayoría las enfermedades malignas partirán de una mutación genética o múltiples, de las células del paciente que darán la tendencia a recurrencias o nuevas presentaciones a posterior de una enfermedad tumoral que fue controlada aparentemente en un primer tratamiento, esto aplica para la mayoría de carcinomas y adenocarcinomas, por lo que a estos pacientes es mas adecuado informarles al final de un protocolo de tratamiento que se ha alcanzado la remisión temporal de la enfermedad, por ende debiéndose mantener la vigilancia oportuna de nuevos síntomas o signos.
 Ante tratamientos múltiples no favorables se decide entonces el control de la clínica dolorosa, u obstructiva en cualquiera de sus presentaciones de vías aéreas, digestivas o urinarias, mantener las funciones fisiológicas (dormir, comer, orinar o evacuar), darle soporte al paciente para su mayor comodidad alrededor de su núcleo familiar, cuidados que llamamos paliativos o cuidados para un paciente cuya sobrevida se acorta a expensas de la progresión de la enfermedad, en donde se inicia la preparación del mismo y su familia para el agotamiento de recursos de soporte que detengan el desenlace inminente del cuadro que es el deceso domiciliario u hospitalario a decisión particular, lo que llamamos cuidados al final de la vida. Ante todas estas circunstancias complejas y sin duda dolorosas para todos los que rodean el individuo enfermo, el oncólogo es, en conjunto con el área de psico-oncología, psiquiatría, cuidados paliativos,  entre otros, quien debe acompañar al núcleo en el momento más álgido de su recorrido. Tender la mano a ese ser que desde el inicio confía su futuro, creándose una empatía o vínculo con él y sus familiares, no puede terminar de otra manera. 
Por ende, podemos curar algunas veces, aliviar frecuentemente, acompañar siempre a nuestro apreciado paciente.
Gracias a todas aquellas personas que confían en nosotros para este camino juntos, esperando siempre dar nuestra mayor calidez como profesionales.

        


Comentarios